¡Y él luce un espectacular traje de novio!
Antes de llegar a la boda, Alberto y Susana tenían una relación más que consolidada. Su preciosa historia de amor surgió hace unos diez años más o menos en un lugar tan romántico como apasionante, París. Los dos son españoles y ambos, en aquel entonces, eran unos atrevidos adolescentes que habían ido en busca de experiencia laboral, cada uno en su rama: ella es enfermera y él, ingeniero. Vamos, la perfecta combinación entre la física y la química.
Se conocieron en París de casualidad, por el hecho de ser españoles, ¡y mira a dónde han llegado! Desde sus inicios como pareja, supieron que eran ese yin y ese yang que no podría estar jamás separado, esas dos piezas que perfectamente se complementaban y que encajaban a las mil maravillas en el puzzle. Desde sus inicios, sabrían que llegarían a esto, ¡y en Solonovios los hemos ayudado!
En Solonovios, cuidamos con suma precisión cada uno de los detalles de los trajes de novio de nuestros chicos. Desde la camisa hasta los gemelos, desde el pantalón hasta el cinturón y desde los zapatos hasta los calcetines, todo estuvo en perfecta sincronía para que, en su boda, Alberto fuese el verdadero protagonista.
Desde luego, en Solonovios pusimos todo de nuestra parte para que todo saliera genial, pero si hubo una labor magistral en las horas previas a la boda esa fue la de los amigos de Alberto. Uno de ellos, Julio, quien le coloca la corbata y quien además fue su padrino, estuvo con él en todo momento, asesorándole, aconsejándole y ayudándole a vestirse.
Sobre todo justo antes de dirigirse a la iglesia, la labor de Julio fue primordial. Ya Alberto estaba tan nervioso y ansioso que no sabía ni qué hacer para relajarse, así que Julio, con su guasa común y sus artimañas, logró despertar en Alberto la risa y conseguir, con ella, tener más ganas todavía de llegar a la iglesia a ver a su preciosa novia vestida con su espectacular traje. Despidieron la soltería de Alberto con un abrazo y, cómo no, deseándose la mejor de las suertes; lo normal de un padrino diez a un novio diez.
Y pocos minutos después, ¡ya teníamos boda!
Desde Solonovios, hoy, les seguimos deseando la mejor de las suertes a Alberto y Susana. Ha sido un verdadero placer atender a novios tan entregados e ilusionados como tú, Alberto.